Jordí Albertí, en “El silencio de las campanas”, establece una sencilla regla sobre los que acometieron unaatroz persecución en la retaguardia republicana en Cataluña: si estaban organizados no son descontrolados; y los anarcosindicalistas ni eran descontrolados ni estaban desorganizados. Existían unos 200 Comités de Milicias y Patrullas de Control en toda Cataluña. Establecieron centros de detención, fueron a por personas concretas que tenían enlistas preparadas. Y sabían que hacer la Revolución empezaba por laeliminación de la Iglesia.A partir del primer momento del 19 de julio de 1936, la Iglesia católica catalana y sus miembros fueron considerados indiscriminadamente como enemigos por los revolucionarios, poco les importaba incluso el clero catalanista. Lapersecución fue total,con la finalidad de acabar –simple y llanamente- con el catolicismo en Cataluña. Incluso de daban casos como el de Mn. Josué Roig Passalaigua de la población de Valls. Él se…
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